Dosis destiladas de ráfagas de realidad desnuda y humo de millones de cigarrillos compartiendo conversación, en la trastienda de un viejo bar de barrio, a eso me conducen irremediablemente los versos y palabras de Fran Sierra. Una poesía que no concede concesiones a los fatuos y falsos escenarios en los que se esconde tanto poeta de postal que, como los falsos punkis, también los hay entre los caminantes de la rapsodia y la rima. Los versos de este dibujante de historias y palabras autónomas no tienen pausa, ni permiten descanso; son una montaña escarpada que de continuo, solo nos muestra la afilada realidad de su mundo y del nuestro propio, sin edulcorantes. No son poemas fáciles a los que acceder en una primera impresión. Tal vez, como las rosas con espinas, nos hagan soltarlos de inmediato tras clavarse en nuestra piel y mostrarnos la roja sangre real. Pero, su re-lectura nos abre a quitarnos la venda con la cual tapamos a nuestros ojos con lo políticamente correcto de esta sociedad, en la que prima la fachada sobre los cimientos. Los versos de Fran son unos cimientos que pueden hacer tambalearse todo y a su vez, que todo pueda quedarse en una potente calma; sus palabras "El cáncer está en absolutamente/ todo lo que nos rodea/ por eso afirmo que únicamente/ por dentro de nosotros no habita" dan por si solas cuenta de lo que quiero transmitir. En ocasiones, me gusta dejar de mirarme en mi propio espejo y ver el reflejo de la vida en los ojos de otros poetas, para que en ocasiones nos revelen palabras tan despiadadas de realidad como... "La vida no es muy puta pero si prostituye en ocasiones de enjambre" Las palabras de Fran Sierra son en definitiva, certezas desnudas de la mente del poeta que evaporan al mundo la sinceridad, rabia y sencillez de la persona que conozco y con quien tanto he conversado, especialmente, del mundo de las palabras perdidas de los versos. Y como el asevera en uno de sus poemas... "La poesía es cruzar descalzo la profundidad" Así que, atreveos a cruzar, sin prejuicios ni miedos.